sábado, 14 de abril de 2012

La "fiebre" del oro negro llega al pueblo Pepe Núñez











Los pobladores no abrigan esperanzas


Antes de fin de mes se instalarán en Salto los técnicos de YPF para empezar la búsqueda de petróleo en Belén y Pepe Núñez. La mayoría de las 17 familias de ese último pueblo esperan descreídas los resultados que puedan tener esas excavaciones.



En una visita a la capital salteña, Felipe Carballo, diputado por Montevideo y dirigente de Compromiso Frenteamplista, dijo que "lo importante es que ya se adjudicó la licitación y la empresa va a trasladarse hasta Belén y Pepe Núñez para iniciar las primeras exploraciones".

Desde que Ancap anunció los trabajos de detección de hidrocarburos en el pueblo, los habitantes de Pepe Núñez -que no son más de 100- se encomendaron a Dios y se sumaron a las plegarias del padre "Yiyo" cuando, de tanto en tanto, se da una vuelta para celebrar misa y a animar a esa descreída población que, con el correr de los años, se reduce por la migración de familias enteras.

El pueblo está a 180 kilómetros al Este de la capital de Salto y a 85 kilómetros del microcentro de Tacuarembó. Los vecinos no tienen ómnibus, ni energía eléctrica, tampoco un programa de viviendas del Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (Mevir).

La fuente de ingresos de esas 17 familias -de las 25 que residían allí hace un año- es la changa en estancias. "Las mujeres no tenemos acceso al trabajo y, de conseguir algo, es en las estancias como cocineras, pero hay que abandonar a la familia porque los patrones no quieren mucha gente en sus establecimientos", dijo Blanca Alonso, nacida y criada en el medio del campo. Ella sabe de sacrificios y le preocupa el futuro de los hijos y de sus nietos y su propia salud porque ha pasado a depender de la insulina por la diabetes. "Acá comemos lo que cosechamos y carne cuando se consigue que le den o le vendan en alguna estancia porque si se encarga algo de la ciudad cuesta el doble", acotó.

Explicó que una de sus hijas, de 19 años, trabaja de marzo a diciembre en la escuela del pueblo, "gana $ 2.000 por mes, pero eso no es futuro y mientras Mevir no construya viviendas vamos a vivir peor porque no llegará la luz, ni el ómnibus".

En el medio de la nada y alejados a 19 kilómetros de la ruta 31 para salir a las capitales de Salto o Tacuarembó, la mayoría de la gente es indiferente a lo que pueda suceder con las excavaciones por petróleo.
La enfermera de la policlínica Estela Ferreira, que hace 30 años vive en el pueblo, dijo que "desde que vinieron unos técnicos con máquinas los vecinos se entusiasmaron, pero ahora son indiferentes porque siempre les han creado expectativas y nunca les dan soluciones. Para llegar a Tacuarembó hay que pagar $ 500 por persona; para mirar televisión hay solo cuatro antenas, todo es caro acá, los jóvenes van a estudiar y no vuelven".
En cuanto a la atención de la salud: dos veces al mes concurre un médico general, una pediatra y una partera.

Guillermo Fallietti (74) es alambrador y fue peón de estancias hasta hace muy poco. A él no le importa mucho lo que pueda pasar con los ensayos que va a realizar Ancap a pocos metros de su casa. "De repente nos dan una mano porque la cosa viene fea, hasta hace poco éramos unas 40 familias y ahora no pasamos las 20; estamos quedando solo los viejos", dijo.

Juan Arezo está más confiado de que el pueblo tenga algún impulso con las excavaciones y, por eso, comenzó a techar un alero de su boliche para que sus clientes puedan tomar una cerveza o una grapa bajo techo.
Hay solo una infraestructura que sobresale en Pueblo Núñez a su ingreso: la capilla de la Iglesia Católica. Cada mes o 45 días llega el padre "Yiyo" en su moto para efectuar una misa. La enfermera dijo que el padre "siempre está con su palabra de aliento y repitiendo: no desesperen, ya va a llegar, tengan paciencia, Dios aprieta pero no ahorca, sigan luchando que vamos a salir adelante".

miércoles, 4 de abril de 2012

La Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres



La Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres,   esta semana   concentra  la mitad de las visitas que recibirá a lo largo del año.


La primera opción de los turistas para recorrer la Quebrada de los Cuervos es el descenso por el camino tradicional, que recorre el área municipal, zona donde este año hay 10 guías ubicados en estaciones a lo largo del trayecto.


Hay dos equipos, que rotan en sus horarios y tareas. En esta oportunidad, quien recibe al grupo de turistas es Pablo. El primero de los referentes, ubicados por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, tiene el cometido de dar recomendaciones genéricas sobre el trayecto.






DE BAJADA. Son 2.800 metros de recorrido: los primeros son sobre una pasarela de madera que facilita mucho el trámite.


"Es lo más liviano hasta el mirador, está bueno detenerse ahí un rato a apreciar, después se complica un poco, pero no es nada imposible", dice Pablo.


Luego del mirador comienza el descenso entre las piedras, al principio con el apoyo de una soga que ayuda mucho en la tarea, pero que se extraña algunos metros más abajo, cuando los escasos apoyos que restan son las rocas y troncos.


Algunos de los visitantes sienten en este tramo la dificultad y el segundo guía, ubicado en pleno descenso, muchas veces tiene que asistirlos para hacer el camino a la inversa.


El cauce del Yerbal chico corre unos 120 metros debajo de los cerros. Si arriba la vista es maravillosa, en la profundidad de la Quebrada se suma el permanente sonido del agua que recorre las piedras.


Después del esfuerzo de descender, el primer contacto con el arroyo, en la desembocadura de la cañada de Los Helechos, es una detención casi obligatoria. "No te podés bañar, pero sí refrescarte, tomar agua, apreciar las palmeras Pindó más de cerca, que son un poco las reinas del lugar", recomienda Horacio, el otro guía.


Los próximos 200 metros serán livianos, de caminar junto al arroyo aguas arriba y disfrutar la laguna de la Piedra Sola, que mantiene su denominación "pese a que desde hace unos años otras rocas, desprendidas desde el cerro de enfrente, le hacen compañía", cuenta Rubén, apoyado sobre un bastón de los que se venden a voluntad en la administración.


En ese tramo hay que aprovechar para recuperar fuerzas, porque pronto vendrá el sector más exigente del recorrido, donde hay que escalar 70 metros hasta el peñasco.






EL ASCENSO. Conforme se empieza a recuperar altura vuelve a verse un amplio panorama de los campos linderos, cerros tupidos de vegetación y los cuervos sobrevolando. Los cuervos nidifican entre las piedras. Los hay de tres especies: cabeza roja, negra y amarilla.


Pisando firme, cuidando los apoyos para evitar algún resbalón, se completa el ascenso al peñasco. Cuando ya parece que se va de regreso, el grupo se acerca a otro tramo muy atractivo del recorrido y la zona de más abundante vegetación, pasando una serie de puentes sobre la cañada de Los Helechos.


"Esta misma cañada se pasa por tres puentes, serpentea y el sendero le pasa por encima, después hay una zona donde la cañada bordea el camino, es una zona de monte galería, por eso se genera este microclima que favorece los helechos. El cuarto puente es un afluente de esta cañadita. Enseguida está el Aguaí", explica Siki, la penúltima de los guías en el trayecto.


Dos puentes más adelante está Robinson, quien indica el recorrido que llevará al visitante a la última subida para regresar al campamento: un tramo rocoso, bastante empinado, pero más fácil que la zona del peñasco.


En los últimos años, después de la incorporación al SNAP, se habilitaron nuevas opciones para recorrer la Quebrada de los Cuervos, por los campos de los vecinos. Para hacerlas hay que pagar una tasa fijada por los propietarios de los predios. Por $ 150 se puede tomar la opción "Cañada del Brujo y Yerba Mate", que es un paseo guiado de entre 4 y 5 horas y que estará disponible hasta el viernes. Parte a diario a las 14 y recorre el predio municipal y el establecimiento Caaporá de Demichelli.
Por el mismo precio se podrá hacer la "Travesía de la Quebrada", que dura entre 7 y 8 horas, recorrido guiado que estará disponible mañana y el viernes. Parte a las 9:00 y visita todas las atracciones de la zona.


Hasta hoy se puede recorrer con guía la "Laguna y cascada del Yerbal Chico", de una duración de 3 a 4 horas, partiendo a las 9:00, visitando el predio de la familia Olivera, por $ 15.


Todos los paseos parten desde la administración del área protegida, en el predio de la Intendencia, donde además se puede acampar por $ 50 por persona y realizar el sendero tradicional por la misma suma.