ALGO DE HISTORIA ISABELINA
PERO YA NUNCA FUE IGUAL, NI LA CIUDAD NI SU GENTE
Esto de que la ciudad y su gente ya no eran las mismas,
viene de una historia real que me contó mi madre y algunas otras personas que
pasaron por esta situación de las inundaciones, y que conocieron muy bien a
todas las personas de la ciudad, ya que bien nacieron en la misma o vinieron
muy chicas, y esto hablando de los años 1910 hasta 1959. Según me contaron
estas personas, por esos años , la gente era toda unida, no había celos ni
envidias, las grandes fiestas se hacían para todos por igual en un local que
había rumbo al Rincón del Bonete, allí iban todos, los pobres y los ricos,
hasta las mujeres que ejercían la prostitución eran bienvenidas sin comentarios
de ninguna naturaleza, donde el que tenía un poco más que el otro, compartía
con los más necesitados, donde el médico era uno más de la familia, y estaba al
momento de necesitarlo a cualquier hora del día o de noche, donde en los
mediodías y en las cenas se agregaba un plato más por las dudas, si alguien llegaba
que se sentara a comer como si fuera de la familia y más aún si era algún niño,
donde antes de servir la comida se sacaba un poco para llevarle al vecino más
necesitado.
Luego de las inundaciones del año 1959, muchas de estas
personas ya no volvieron nunca más, y algunos de los que volvieron aprovecharon
la oportunidad para apropiarse de bienes materiales, y de algún ganado que
había quedado a la deriva, pero que tenían dueño, así fueron creciendo
socialmente y económicamente hasta ser grandes empresarios y comerciantes,
personalmente he visto en algunas casas particulares bancos que habían sido
donados a la Parroquia Santa Isabel, algunas otras personas que tenían casas y
no fueron afectadas por la inundación se hicieron hacer nuevas viviendas para luego
venderlas, otro tanto amueblaron completamente sus viviendas con muebles
sacados de viviendas que quedaron a merced del agua, algunas otras personas
mataron varios animales vacunos y lanares alegando que murieron ahogados, para
poder vender la carne y hasta alguno improvisar una carnicería en su casa .
Algunos de estos ciudadanos están vivos hoy y son grandes
empresarios, o sus hijos están a cargo de la empresa.
Así es que está bien claro por qué la ciudad no es la misma
ni su gente, hoy te saludan por cuanto tenés, los supuestos amigos se acuerdan
tuyo cuando precisan algo, y cuando por casualidad de la vida o la fortuna
tenés un poco de dinero, ahí te llueven las amistades.
Una ciudad hoy, donde si ven a una persona agredir a otra,
dan vuelta la cara para no ver nada, donde si por alguna razón tenes problemas
con la bebida, te marginan, al igual que con otras adicciones. Una ciudad donde
si una persona se pasa de alcohol y con un auto o moto, destroza y mata a una o
más personas, todo el mundo le palmea el hombro y le dan un trabajo igual o
mejor al que tenía. Una ciudad donde fue cuna de la famosa “Agua Tónica Paso de
los Toros”, y por una mala gestión o decisión de algunos dirigentes políticos,
la maquinaria de la fábrica fue desmantelada totalmente y donada como chatarra
para hacer manualidades en UTU. Una ciudad que contaba con unos de los más
viejos encerraderos de ganado hechos totalmente en piedra acomodada
perfectamente con sacrificio, un real monumento histórico, fue desmantelado
totalmente para aprovechar las piedras en algo sin sentido cultural. Una ciudad
donde “importan “conocimiento de profesionales varios, menospreciando los
profesionales que somos Isabelinos de nacimiento, una ciudad y gente que
prefieren a aquellas empresas que vienen por 3 meses a llevarse el dinero de la
gente y luego se van, etc, etc.
Es bien claro que
Paso de los Toros y su gente ya no son lo mismo, pero no es ningún reproche,
sino solamente un pensamiento muy personal.
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